Un mundo Distopico desarrollado en Londres de 1984, donde un gobierno autoritario vigila cada movimiento de los ciudadanos.
Sin blanca en París y Londres (1933), primera novela de George Orwell, es como un manual de lo vagabundos y mendigos, y también un estudio del hambre en su aspecto biológico, con sus consecuencias intelectuales: afina el ingenio y acrece la audacia, primeramente, para terminar aniquilando la voluntad. Incisiva descripción de ambientes y personajes en el París de entreguerras, ceñido sobre todo al orbe hotelero –la servidumbre con sus gentes emigradas de toda Europa, es una crítica amarga –no sombría-, con sus ramalazos de un humor punzante y casi surrealista. Del vagabundeaje y la mendicidad londinense tampoco ofrece Orwell una más risueña imagen. El autor ensaya una extraña y humanísima defensa del inadaptado. Su filosofía y dignificación del indigente se mezcla a conceptos de chispeante cinismo. En suma, una novela sugerente y viva, con una severa critica social de la Europa de los años treinta.
Ambientada en los años treinta, La hija del clérigo es una de las novelas menos conocidas de Orwell, pero sin duda una de las mejores. Cuenta la dura vida de la hija de un clérigo, maltratada y condenada a ser una criada. Un brusco cambio la llevará inesperadamente a Londres, donde vivirá una vida totalmente distinta, exiliado incluso de su memoria. Retrato de la Inglaterra deprimida de los años treinta, esta novela es una de las obras esenciales del realismo inglés de principios del siglo XX.